Doscientas cinco niñas de 10 a 14 años tuvieron un hijo en el año 2022. Este año se reportan 124 embarazos en niñas de 10 a 14 años.
Por: Betty Martínez Fajardo

La Guajira sigue mostrando cifras altas de niñas entre diez y 14 años en estado de embarazo, asociados en muchos casos a la violencia sexual donde el silencio es la protagonista.
Para el año 2022, de acuerdo con datos que maneja el Fondo de Población de las Naciones Unidas, 205 niñas de 10 a 14 años tuvieron un hijo.
En tanto, entre el 2021 y 2022 disminuyeron en un 30% los nacimientos en ese rango de edad de 295 a 205, y en el primer trimestre de 2023 los nacimientos disminuyeron un 28% comparado con el 2022.
En lo corrido de 2023, se reportó la muerte de una niña de 10 a 14 años asociada con embarazo, parto o posparto.
La organización, también alertó sobre 146 casos de violencia sexual en niñas de 10 a 14 años, en el 2022, entre el 2021 y 2022 se presentaron 163 casos para una disminución del 12%.
La violencia sexual en niñas de 10 a 14 años equivale al 50% del total de casos en mujeres en La Guajira.
También se destaca que 53.360 es el total de niñas entre 10 y 14 años que para el 2022, el Estado, las comunidades y las familias debieron garantizarle sus derechos sexuales y reproductivos.
De acuerdo con el RUAF, hasta la semana 35 de 2023, se reportan 124 embarazos en niñas de 10 a 14 años.
Cabe destacar que los nacimientos en niñas de 10 a 14 años son consecuencia de embarazos y maternidades forzadas, producto de abuso y violencia sexual, según lo establece el Código Penal Colombiano.

Naciones Unidas
En el marco de la semana Andina de prevención de embarazo en la adolescencia, Martha Lucía Rubio Mendoza, representante auxiliar del Fondo de Población de Naciones Unidas, expresó que el objetivo es el de impulsar el rol activo de las familias y los cuidadores en la garantía de los derechos sexuales y los derechos reproductivos de niños, niñas y adolescentes.
Explicó, que el embarazo en las niñas de 10 a 14 y en las adolescentes de 15 a 19 es una condición que impacta sus vidas, sus posibilidades de desarrollo como también afecta a sus familias y comunidades.
“Por eso el embarazo adolescente en niñas se considera un determinante de los círculos de pobreza, es una condición que tiene que ver con el desarrollo, particularmente para el año 2022 en La Guajira, 205 niñas de 10 a 14 años tuvieron hijos o hijas, y esa circunstancia del embarazo en las niñas de 10 a 14 representa antecedentes de violencia sexual, es decir está relacionado con violencia sexual porque toda relación sexual con una niña menor de 14 años según el código Penal en Colombia pues es una violencia sexual”, dijo.
Explicó, que esas particularidades significan que se están vulnerando los derechos de las niñas, particularmente las de 10 a 14 años, en tanto las chicas de 15 a 19 años que más que niñas son adolescentes también sufren con un impacto profundo en su curso de vida porque les impide seguir estudiando y continuar con sus proyectos pues dedican su tiempo a ser madres.
Recordó, que para el año 2022, en La Guajira hubo 4.402 adolescentes de 15 a 19 años que se convirtieron en madres lo que representa unos desafíos y unos impactos para ellas, sus familias y las comunidades, mucho de las cuales abandonan la educación, situación que posteriormente impacta sus vidas, y cuando son adultas no tienen las capacidades y las condiciones para gozar de una vida digna, y muchas veces no logran volver a ingresar al sistema educativo como por ejemplo para poder tener luego mejores condiciones laborales.
En ese mismo sentido, Martha Lucía Rubio Mendoza, representante auxiliar del Fondo de Población de Naciones Unidas, precisó que desde la institucionalidad y el núcleo familiar se debe trabajar en prevenir la violencia sexual, es decir atenderla porque está como un determinante importante del embarazo en niñas y adolescentes.
“Desde ahí debe informarse, activar las rutas a ver a dónde acudir cuando hay un caso de violencia sexual, y poder dejar de normalizarla como algo que ocurre al interior de los hogares, y de lo cual no se habla, hay que hablar de la violencia sexual, hay que activar las rutas, y para eso hay un rol ahí muy importante en las familias, en las comunidades, en las instituciones, generalmente las niñas están expuestas a la violencia sexual en el ámbito familiar por eso es muy importante poder conectar con las redes, poder trabajar estos temas en el ámbito educativo porque allí están las niñas los niños y las adolescentes en el colegio, y que allí también ellas tengan la posibilidad de informarse y de poder entablar denuncias”, puntualizó.
Agregó, que a las niñas y a las adolescentes hay que creerles cuando hablan de violencia sexual.