En La Guajira dos familias wayuu sellan pacto de paz.

Por: Betty Martínez Fajardo

Momentos en que se firma el pacto de paz por parte de los clanes Uriana y Bouriyu, en presencia de la Fiscalía General, Defensoria del Pueblo, Secretaria de Asuntos Indígenas de la Gobernación de La Guajira y del Distrito de Riohacha. Foto cortesia Camilo Tiller.

Nuevamente en el territorio wayuu dos familias en conflicto concilian a través del dialogo

Diez  millones de pesos, dos mulas, diez collares, y dos collares de tuma, entregó el clan Boiruyu al Uriana, como pago de una falta  para sellar así un pacto de paz, que les permite poder caminar por el territorio sin miedos.

Las dos familias cumplieron la cita de las siete de la mañana en la comunidad de Walu’ain ubicada en el kilómetro cinco sector de Cucurumana en Riohacha, para el primer encuentro de la mano del palabrero Amilkar Vangrieken, quien actuó como conciliador para dirimir el conflicto.

El palabrero Lisandro Uriana dialondo con el palabrero Francisco Clavijo Vangrieken en representación del clan Bouriyu, para la entrega de collares, animales y dinero para sellar un pacto de paz entre los dos clanes. Foto: Betty Martínez Fajardo.

Bajo un frondoso árbol y rodeados de hombres y mujeres de la etnia wayuu, los palabreros Lisandro Uriana y Francisco Clavijo Vangrieken, iniciaron la conversación  en su lengua ancestral el wayuunaiki, recordando los hechos y la solicitud de pago por la ofensa a la familia agredida.

El palabrero Lisandro Uriana en representación del clan Uriana, llevó la palabra al clan Bouriyu a través del palabrero Francisco Clavijo Vangrieken.

La familia Uriana, inicialmente solicitó como pago por la agresión a uno de sus miembros quien resultó con una fractura en el fémur y un brazo partido  por parte de Marcos Uriana, la suma de ciento cincuenta millones de pesos, cifra que quedó tasada en medio de la conciliación en diez millones porque ninguna persona resultó muerta.

El médico Camilo Tiller Vangrieken, fue uno de los impulsores para que a través de la palabra los clanes Uriana y Bouriyu, lograran un acuerdo que les permitiera dirimir un conflicto para continuar en el diario vivir con tranquilidad. Foto: Betty Martínez Fajardo.

Antecedentes

Cuenta el médico, Camilo Tiller Vangrieken, que en el conflicto entre las dos familias viene desde hace más de 20 años.

Todo inició cuando Ramón Uriana, ya fallecido les entregó sus tierras en vida a sus hijos, sin embargo, para esa época ya se estaban presentando algunas dificultades con algunos miembros de su propia familia que se mantuvo en reserva por mucho tiempo.

“Las cosas se dieron muy escondidas,  porque ellos nunca advirtieron de la situación a sus hijos y sobrinos y demás familiares”, refirió el médico, quien es uno de los impulsores para la conciliación  a través de la figura del palabrero.

En ese transcurrir de los años, se presentaron algunas situaciones difíciles, como el más reciente caso del mes de agosto de este 2020, cuando un miembro del clan Uriana, encañona con un revolver a un niño menor de edad del clan Bouriyu.

Pasados los días, esa misma persona llegó hasta la enrramada del señor Gaby Uriana, a saludarlo lo que lo alarmó porque anteriormente había encañonado a su hijo con un revolver.

“Mi tío siguió acostado en su chinchorro,  y el sujeto lo golpeó en la nuca, así pasaron las cosas,  mi tío quedó en coma, las mujeres lloraban y corrían”, relató.

El hermano de Gaby, Marcos Uriana, al encontrar a su hermano tirado golpeo con un garrote al agresor causándole una fractura en el fémur, además de partirle un brazo en lo que ellos consideran un instinto de defensa pero  que finalmente terminó generando un cobro por la falta.

Para sellar el pacto de paz, la familia el clan Bouriyu entregó diez millones de pesos, collares de tumas, y animales al clan Uriana. Foto: Betty Martínez Fajardo.

La entrega

Un frondoso árbol, fue el escenario donde los palabreros y las familias en conflicto se encontraron para sellar el pacto de paz.

El acuerdo se concretó, cuando el palabrero del clan Bouriyu, Francisco Clavijo Vangrieken, entregó las dos mulas, los 10 collares y dos collares de tumas, más los diez millones de pesos, que recogieron entre la familia, al palabrero del clan Uriana, por la falta cometida por uno de sus miembros.

El proceso de reconciliación no fue fácil, contó el médico Camilo Tiller Vangrieken, quien además lo expone como un ejemplo para seguir aportando a la paz.

“Ahora todo estamos más tranquilos, podemos salir, asistir a los velorios”, dijo.

Funcionarios de la Defensoría del Pueblo, de la Fiscalía General de la Nación, del Batallón Cartagena, participaron de la firma del acuerdo que une a dos familias que empiezan a gozar de mejores momentos.

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